Partidazo el de este jueves en el 974 Stadium de Doha, en el que Portugal lucho hasta el final para doblegar a Ghana 3-2. El Equipo de Cristiano sufrió de lo lindo para abrir la defensa africana, primero, y después para amarrar un resultado que no estuvo asegurado en ningún momento.
Emocionado al escuchar el himno de su país, Cristiano Ronaldo pasó desapercibido buena parte del encuentro pero apareció para hacer lo suyo, ser determinante y meter su penalti, todo ya en el segundo tiempo.
Ghana espabiló después de una primera parte anodina, casi sin ocasiones, y se repuso al gol de CR7 con el de Ayew, que noqueó momentáneamente a los lusos. Bruno Fernandes se sacó dos asistencias magistrales en menos de 5 minutos para Joao Félix y Leao, dando una ventaja tranquilizadora a los de Fernando Santos, que casi la desperdician, tras el gol del ‘imitador’ Bukari, cuando Iñaki Williams, en la última jugada del encuentro, le robó por detrás el balón a Diogo Costa pero se escurrió y marró la ocasión final.
Primera parte de tanteo. Mucho respeto y poca creatividad.
Se podría decir que este encuentro, del minuto 1 al 90, es un resumen perfecto de lo que está siendo hasta ahora el Mundial de Qatar. Grandes dosis de buen juego, verticalidad, ocasiones y goles, confrontadas con pasajes de partidos en las antípodas del entretenimiento. Esa fue la tónica de la primera parte, en la que hubo demasiado respeto, especialmente por parte de Ghana hacia Portugal.
Los ‘Black Star’ estuvieron tímidos y dubitativos a la hora de lanzarse a presionar y de enlazar pases, y no encontraron salidas peligrosas a la contra con Williams, lo que les llevó a recular casi sin querer hasta los dominios de Zigi.
Ronaldo estuvo desubicado y despistado, llegando tarde a los desmarques y taponando centros peligrosos de su compañeros por estar mal colocado. No obstante, y estas son las cosas que tiene Cristiano, necesitó apenas jugada y media para ser el protagonista de todo el peligro que hubo en la primera mitad.
Especialmente claras fueron dos de sus ocasiones, en las que falló un mano a mano al que llegaba apurado en carrera, y un cabezazo difícil de embocar a gol. Pero que remató igualmente tras sacarle más de medio cuerpo a su defensor en el salto. El resto de sus compañeros, salvo Bruno Fernandes y Bernardo Silva. Desaparecidos en combate e irrelevantes para la marcha del juego en los primeros 45 minutos.
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Ghana pasa al ataque y el partido se vuelve loco.
A la vuelta de vestuarios, algo había cambiado en los pupilos de Otto Oddo. Ghana saltó de regreso al césped lanzando más de 20 metros adelante su línea defensiva, y juntando a sus centrocampistas para tejer pases con paciencia en la parcela defensiva. Así, los africanos se sacudieron el miedo y el respeto hacia Portugal, y subieron sus niveles de intensidad y agresividad para igualar el choque desde el plano físico. Sin embargo, un penalti sobre Cristiano Ronaldo, que él mismo transformó, arruinó momentáneamente la reacción ghanesa.
Portugal intentó dormir el partido a partir del gol, y logró todo lo contrario con su mentalidad. A partir del minuto 65, el partido entró en una fase de monotonía que los lusos confundieron con tranquilidad. Y en esa tranquilidad, apareció Andre Ayew. Un disparo lejano de Kudus, otro de los destacados en las filas ghanesas. Lo aprovechó en el rebote el capitán de Ghana para delirio de sus aficionados en las gradas. Que ya intuían la deriva en la que podía entrar el encuentro viendo los recientes precedentes.
Asistente Bruno, ‘imitador’ Bukari, y el fallo de Williams.
El balón comenzó entonces a pasar de un campo al otro en cuestión de segundos. La precipitación se apoderó de Portugal, y el excesivo entusiasmo hizo lo propio con la defensa de Ghana. Que empezó a repartir estopa en forma de faltas. Entre toda la confusión, las idas y las venidas. Surgió la figura de Bruno Fernandes, que solo necesitó dos jugadas de enorme criterio y brillante ejecución en 5 minutos aislados para dar dos asistencias de lujo. Ni Joao Felix, primero, ni Rafael Leao, después, desperdiciaron semejantes regalos.
Fernando Santos metió muchas piernas frescas con el 3-1, lo que envalentonó de nuevo a los africanos, que habían bajado un poco los brazos. Un centro aparentemente inofensivo, cuando corría ya el minuto 89. Salió rebotado dibujando una extraña parábola que lo colocó con bandeja de plata en la cabeza del recién entrado Bukari. Que celebró sin pudor ninguno el tanto ‘a lo Cristiano Ronaldo’. Mientras el propio Ronaldo parecía desaprobar este ‘homenaje’ en pleno partido. Ya desde el banquillo, Bukari consideró que la mejor forma de ganarse su hueco en la historia de los mundiales era esta. Si al menos hubiese sido el gol del empate…
Ese empate que no llegó lo tuvo Iñaki Williams, ausente todo el encuentro. Cuando desaprovechó una oportunidad de pillo que él mismo se generó. Espero a Diogo Costa escondido a su espalda, el meta puso el balón sobre el suelo, y el jugador del Athletic Club se lo robó. Al girarse para chutar, sin embargo, se escurrió, y dejó pasar una ocasión pintiparada que le perseguirá seguramente el resto de su carrera.
Así, Portugal aprovechó el pinchazo uruguayo en el empate ante Korea del Sur para liderar el Grupo H. Y romper como hizo España ante Costa Rica su racha de tres mundiales sin ganar el partido de debut. Por su lado, Cristiano sumó un nuevo récord personal, y pasó a ser el único futbolista en la historia en anotar al menos un gol en cinco ediciones distintas del torneo.
Con información de 20 minutos
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