A lo largo de los últimos cinco años, la preocupación principal del economista Luis Carlos Delgado ha sido que el sistema financiero costarricense se mantenga estable y solvente.
En todo este tiempo ha presidido el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), desde donde ha debido tomar decisiones tan drásticas como la intervención de un banco estatal (Bancrédito) y tan urgentes como la promoción de mejoras en el Gobierno Corporativo de los entes financieros.
Al asumir el reto de la supervisión financiera, hace un lustro, decidió dedicarse casi a tiempo completo a sus funciones. La mayoría de sus aspiraciones las cumplió, aunque confiesa que aún sueña con la creación de un seguro de depósitos y un buró de crédito, donde se compile la información de todos los entes que brindan financiamiento.
Reactivación económica y dolarización
En opinión de Delgado, el principal elemento para un sistema financiero robusto y sano es una economía con buen desempeño. Lo contrario trae problemas para el sistema, pero más para quienes tienen deudas y enfrentan el flagelo del desempleo.
“Que la sociedad no tenga oportunidades, que no haya apetito por el crédito y que no haya dinamismo, necesariamente se va a ver reflejado en el último renglón de los estados financieros de los entes supervisados, como bancos, aseguradoras y operadoras de pensiones. Por eso la reactivación económica es un pilar fundamental, pues las utilidades son las que alimentan el patrimonio de estos entes y servirá para crear más crédito”, explicó.
De ahí que una de sus críticas más fuertes sea que desde el Ejecutivo no se haya encontrado una fórmula para incentivar la generación de empleo y que esto le permita a las personas mantenerse al día con sus obligaciones financieras.
“Creo que se ha fallado en acertar cuáles son los detonadores para reactivar la economía. Personalmente siempre he creído que el Ejecutivo debería tener dos o tres herramientas para generar empleo y que se traduzca en una mayor demanda. La CCSS podría servir como herramienta para generar empleo al facilitar los medios para formalizar la inscripción de empleados”, agregó.
Otro de los problemas que deben afrontar las personas y las empresas son las consecuencias de haberse endeudado en una moneda diferente a la que reciben sus ingresos.
Al dolarizar sus deudas, muchos asumieron un riesgo cambiario que por mucho tiempo no se materializó, pero que en la actualidad está presente ante los vaivenes del precio de la divisa.
Delgado es de la opinión de que -en muchos casos- las altas tasas de interés en colones, provocadas por el alto déficit fiscal, fueron las que empujaron a familias y empresas a tomar deudas en otra moneda.
“Con una diferencia de tasas entre las de colones y la de moneda extranjera, y con la idea de que el tipo de cambio sería estable, muchos ciudadanos decidieron tomar sus deudas en dólares. Hay inconveniencias y riesgos, como la volatilidad en el tipo de cambio. Pero esto fue el resultado de las necesidades de recursos que tenía el sector público y elevaba las tasas de interés”, dijo.
La intervención de Bancrédito
Uno de los desafíos más fuertes que tuvo durante su paso por la Presidencia del Conassif fue la intervención y el cierre del Banco Crédito Agrícola de Cartago, solo meses antes de llegar a su centenario.
Delgado calificó la decisión como “dolorosa”, aunque defendió que fue la más responsable, ante la falta de acción del Gobierno de la época para solucionar los problemas del banco.
“En este caso, al ser un ente público, se le informó a la máxima autoridad del país, que era el Presidente de la República (en aquella época, Luis Guillermo Solís). Le enviamos unas notas, hablamos con él. Les explicamos la situación y les demostramos cuales serían los desenlaces”, aseveró.
Sin embargo, el banco ya estaba en un estado tan crítico, que era poco lo que podía hacerse para salvarlo y debía ser rápido.
“Al no haber medidas que mitigaran esa tendencia, el Consejo se vio en la obligación de intervenir a Bancrédito, por la condición de irregularidad que tenía la entidad en octubre de aquel año”, comentó.
“Si había descensos en las utilidades, en la parte patrimonial y en los indicadores de las carteras. Si había indicadores negativos o que señalaban irregularidades, muchas cosas pudieron haberse hecho, pero no había mucho patrimonio. Había que honrar obligaciones y no tenían recursos para hacerlo. Por eso se tomó la decisión responsable en diciembre de 2017”, continuó.
Hitos en el Conassif
En palabras de Delgado, su principal legado desde el Conassif fue el impulso a la profesionalización y especialización de las juntas directivas. También está orgulloso de mantener un nivel óptimo de supervisión sin un solo aumento en los presupuestos del quinquenio.
“El tema número uno, en el cual enfoqué todo el esfuerzo, fue el de establecer un mejor Gobierno Corporativo. Porque me parece que es lo que impacta positivamente una entidad, sea esta grande, pequeña o mediana; financiera o de manufactura; pública o privada.
“A partir de este marco se desencadenan un grupo de buenas acciones porque hay mayor compromiso y mayor conciencia para poder intercambiar puntos de vista con los supervisados”, dijo.
La modernización de la normativa fue otra de sus metas.
“Fui mui enfático en señalar que había que disminuir alguna normativa y reglamentación. No para ser más laxos, sino para tener la regulación adecuada y no añeja, antigua y que no agrega valor, sino costos. Aun falta camino por recorrer, pero se pusieron los puntos sobre las íes”, comentó.
Durante su plazo tres intendencias (las de seguros, valores y pensiones) quedaron vacantes. Ninguna de estas plazas fue llenada.
“Creo que es el momento de prepararnos para una estructura diferente. Nos pareció inconveniente para el país incorporar intendentes, pudiendo tener a la vuelta de la esquina un proceso de reestructuración organizacional”, defendió.
Antes de ser miembro del Conassif, Delgado participó en puestos de varias entidades financieras, ya sea dentro de la alta gerencia o como directivo. Además, fue embajador de Costa Rica en Canadá.
