Poner en venta activos del Estado – como alguno de los bancos estatales o la fábrica de licores – no forma parte de los planes de Rodrigo Chaves, economista que tomó las riendas del Ministerio de Hacienda desde finales de noviembre anterior.
La venta de empresas del Estado se ha valorado en el pasado, como un mecanismo para generar recursos que permitan disminuir la deuda del Gobierno y reducir el gasto en intereses. Sin embargo, la idea no ha prosperado… y en la actual Administración tampoco lo hará.
«En estos momentos no está en el radar (…) No me parece que el país tenga en este momento la disposición política de vender los activos que importan. Porque hay un montón de activos, pero algunos son las joyas de la corona», indicó Chaves.
El jerarca enfatizó que tampoco es una idea que apoye o que le haya sido encomendada por el presidente Carlos Alvarado, pese a un histórico déficit fiscal que alcanza la mayor cifra de los últimos 30 años.
«Yo no tengo dentro de mi mandato explorar esa opción. Y personalmente no creo que la vaya a proponer, porque no siento que haya el ambiente político para hacerlo en este momento», agregó el Ministro.
En su opinión, todavía queda espacio para que la ciudadanía perciba los efectos de la aplicación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, conocida como la reforma fiscal.
Oportunidad desaprovechada
Una de las voces que ha apoyado la venta activos del Estado es la del exdiputado libertario Otto Guevara, quien también propone que el país recurra a la explotación de recursos naturales, como la minería y la exploración de gas natural.
Algunos de los activos que el exlegislador y cinco veces candidato presidencial sugiere vender son:
- la cartera de seguros comerciales del Instituto Nacional de Seguros (INS), por unos $2.000 millones (¢1,2 billones)
- el Banco de Costa Rica, que incluye a su subsidiaria Bicsa, la cual cuenta con licencia para operar en Estados Unidos
- una participación accionaria en la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope)
- la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) y la marca comercial Cacique, de su propiedad.
Guevara también plantea que se pueda titularizar los flujos de caja de algunos activos productivos, los cuales podrían ser administrados por fideicomisos y permitiría a los entes públicos captar recursos por medio del mercado bursátil.
Aunque desde su plan de gobierno en campaña y de nuevo en su discurso al asumir la Presidencia, Carlos Alvarado puso sobre la mesa el término «reforma del Estado», su Administración no ha dado pasos profundos en esa meta. En entrevista, Alvarado no aventuró cuál entidad siquiera habría de cerrar o refundir. Su ministra Pilar Garrido dijo que sí lo harán.
Venta sí, pero no con fines fiscales
Otra de las voces que sugiere la venta de activos del Estado es la del militante socialcristiano Juan Carlos Hidalgo, afín a la ideología liberal. No obstante, opina que vender activos para cerrar brechas fiscales es una pésima idea.
«En buen costarricense: vender cosas ‘en quema’ no es la mejor opción», dijo.
Hidalgo teme que la venta de activos que actualmente operan como monopolios u oligopolios a privados limite la entrada o participación de la competencia.
«Mi posición es que (la venta de activos) es necesaria, pero no en un contexto fiscalista. Sí se puede hacer, pero debe hacerse en competencia», comentó.
Como ejemplo, plantea que los recursos más bien se utilicen para transformar el régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM, de reparto), en uno de capitalización individual, como el Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP). Esto después de que el Estado salde su deuda con la Caja Costarricense de Seguro Social.
«Si no hay reducción del gasto, la venta de activos solo sería una solución temporal para el fisco», concluyó Hidalgo.
Entidades como el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) han señalado la posibilidad de la venta de ciertos activos, ante la delicada situación financiera que atraviesan. Pero ningún plan concreto se avecina en el panorama.
