Con casi 1.000 millas de costas tocadas por dos mares, Costa Rica atrae a muchas personas que quieren aprovechar de sus playas y olas. Pero no todos vienen a Costa Rica para practicar el surf. San Gerardo de Dota, por ejemplo, ubicado en el valle del Río Savegre de la Cordillera de Talamanca, es perfecto para la observación de aves. Mientras su ubicación en el sur y centro del país facilita el acceso al Parque Nacional Los Quetzales, el turismo masivo no ha llegado aquí.
Casi 200 especies de aves han sido identificados en los bosques nubosos de esta región –incluso una variedad de colibrís, pájaros carpinteros y tangaras– pero la estrella indiscutible del lugar es el quetzal, que suele pasar el tiempo en la región de San Gerardo de Dota todo el año.
De villas lujosas a cabañas en la montaña, la mayoría de opciones de hospedaje aquí ofrecen vistas listas para Instagram con montañas onduladas y plantaciones de fruta. Si termina en San Gerardo de Dota y los pájaros no le atraen mucho, puede pescar trucha en el Río Savegre, hacer toures en fincas de café y visitar la catarata Naranjo.