La temporada de huracanes en el Atlántico, que alcanza su mayor actividad entre agosto y octubre, cuando ocurre el «95 %» de los eventos, se ha fortalecido con la desaparición del fenómeno de El Niño en el Pacífico, que contribuyó a un ligero aumento de las tormentas tropicales y ciclones previstos.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) predijo este jueves en su actualización del pronóstico un aumento del 30 % al 45 % de probabilidades de una actividad «por encima de lo normal».
En promedio la temporada de huracanes en el Atlántico produce 12 tormentas con nombre, de las cuales seis se convierten en huracanes, incluidos tres importantes.
La agencia federal prevé ahora de 10 a 17 tormentas tropicales con nombre, es decir con vientos superiores a 39 millas por hora o más (63 km/h), de las que surgirán de cinco a nueve huracanes, con vientos de 74 millas por hora o más (120 km/h).
Antes de iniciarse la temporada, el 1 de junio, había pronosticado de 9 a 15 tormentas y 4 a 8 huracanes.
En su revisión, NOAA mantuvo la misma probabilidad de 2 a 4 ciclones mayores, es decir con vientos de 111 millas por hora o más (179 km/h).
Gerry Bell, meteorólogo líder del Centro de Predicción Climática de la NOAA, señaló en una conferencia de prensa telefónica que el incremento se debe en parte a la desaparición del fenómeno de El Niño en el océano Pacífico.
«El Niño típicamente suprime la actividad de huracanes en el Atlántico, pero ahora que se ha ido, es posible que veamos una temporada más ajetreada de aquí en adelante», indicó Bell.
«La perspectiva actualizada de hoy es un recordatorio para estar preparados», dijo Pete Gaynor, administrador interino de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA).
Gaynor urgió «a todos» a que aprendan más sobre los peligros de los huracanes y se preparen ahora, con anticipación.
FEMA y su «Campaña Ready» publicaron esta semana videos que muestran la amenaza mortal del clima tropical, específicamente la marejada ciclónica y las inundaciones, para ayudar a enfatizar la importancia de seguir las instrucciones de las autoridades estatales y locales antes de una tormenta.
Bell recordó que hasta el momento se han presentado dos tormentas con nombre, entre ellas un huracán, Barry, y que de agosto a octubre son los meses de mayor actividad, donde se presenta el 95 % de estos fenómenos naturales en el Atlántico.
Como todos los años, Bell y los meteorólogos de NOAA enfatizaron que solo un huracán es ya «catastrófico».
Recordaron además las dos temporadas pasadas, que devastaron el sur de Estados Unidos y el Caribe, con los huracanes Harvey, María e Irma en 2017 y Florence y Michael, en 2018.
La actualización del pronóstico, precisó NOAA, es para toda la temporada de huracanes de seis meses, que comenzó el pasado 1 de junio y finaliza el próximo 30 de noviembre.
El promedio de NOAA concuerda en números con las predicciones actualizadas la semana pasada por la Universidad Estatal de Colorado (CSU).
Ese centro académico considera que habrá 12 tormentas con nombre, seis de ellas huracanes, dos de ellos mayores, es decir de categoría 3 o más en la escala de Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, en lo que resta de la temporada.
Por otro lado, la NOAA señaló que la probabilidad de actividad «casi normal» es del 35 %, y de por «debajo de lo normal» del 20 %.
La temporada ciclónica atlántica ha tenido hasta el momento dos tormentas con nombre, Andrea y Barry, esta última se convirtió en huracán y tocó tierra el 13 de julio en Luisiana, dejando cerca de 1.000 millones de dólares en pérdidas y ninguna víctima mortal atribuida directamente el ciclón.
Los otros nombres previstos por NOAA para esta temporada son Chantal, Dorian, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melisa, Néstor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastien, Tanya, Van y Wendy.
Con información de EFE