¿A qué edad se inician los jóvenes en el consumo de tabaco? ¿Son perjudiciales los cigarrillos electrónicos y los vapeadores? ¿Qué consejos debemos seguir para dejar de fumar o para detectar si nuestros hijos están empezando? Son algunas de las cuestiones analizadas en “El Bisturí”, nuestro programa de radio, en un monográfico sobre juventud y consumo de tabaco
Según la última encuesta sobre el uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España, la edad media de inicio en el consumo de tabaco se sitúa en los 14 años. España es el país de la Unión Europea donde se empieza a fumar antes. El consumo diario entre los jóvenes españoles se sitúa en el 9,8 por ciento.
Por los micrófonos de “El Bisturí” han pasado el presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Carlos Jiménez, experto en tabaquismo; María Matamoros, técnica en el área sobre drogas de Cruz Roja Juventud; y Teresa Sánchez Gutiérrez, psicóloga sanitaria experta en adicciones, profesora del máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de La Rioja.
Tabaco y salud
El neumólogo Carlos Jiménez explica que el tabaco tiene más de 4.000 sustancias tóxicas para la salud. Muchas de ellas son capaces de actuar de forma inmediata produciendo lesiones en células de nuestro organismo, sobre todo de los aparatos respiratorio y cardiovascular. Unas lesiones que se intensifican con el tiempo, si se sigue consumiendo, y que pueden llegar a producir graves enfermedades.
“Es la segunda droga más extendida después del alcohol y es importante poner en marcha medidas encaminadas a disminuir el número de jóvenes que se inician en su consumo. Lo más eficaz es elevar los precios; España es el país de la Unión Europea donde es más barato y esto facilita el acceso de los más jóvenes”, afirma.
En cuanto a los cigarrillos electrónicos, asegura que “estamos ante un gravísimo problema para la salud pública. Primero, porque desde las multinacionales tabaqueras se está vendiendo como una forma más segura de consumir tabaco y eso no es cierto. Segundo, porque resultan muy llamativos a nivel visual y están dotados de olores y sabores que los hacen muy atractivos a los jóvenes; eso hace que lo utilicen cada vez más y como paso previo al consumo de cigarrillos normales”.
Algo que podría evitarse si se contemplara la actualización de la Ley Anti Tabaco de 2010. “Ayudó a que la población española se sensibilizara con este tema y a que se regulara su consumo en los lugares públicos, pero debe revisarse por diversos motivos”.
El primero, para vigilar su cumplimiento e interponer las denuncias correspondientes a aquellos que no lo hagan. El segundo porque se debe extender a lugares como estadios, parques públicos o playas, “y el tercero y último, para poner medidas enfocadas al abandono del hábito, mejorando la formación de los profesionales sanitarios implicados, aumentando las unidades de tabaquismo y promoviendo la financiación de fármacos para dejar de fumar”, expone.
Otro aspecto importante que trata el neumólogo es el incremento de casos de cáncer de pulmón entre las mujeres, un dato que tiene que ver con que ellas fumen más que los chicos, un 33 % frente a un 19 %.
“Es una auténtica epidemia de la que ya alertamos hace 10 o 15 años. Cada año aumenta el número de mujeres españolas que fallecen como consecuencia de cáncer de pulmón, mientras las cifras en los hombres disminuyen poco a poco”, advierte.
Por último, lanza un mensaje a los más jóvenes: “Deben pensar que pueden vivir incrementando su calidad de vida, evitando daños en su piel o los sentidos del gusto y el olfato. Si fuman se harán adictos a la nicotina y permanecerán siendo adictos a esa droga”.
Las dudas de los jóvenes con el tabaco
María Matamoros Jiménez es técnica en el área sobre drogas de Cruz Roja Juventud, un servicio multi-canal de información y prevención del consumo a través del cuál dan respuesta a las dudas que puedan tener adolescentes, profesores, padres o educadores sobre el consumo de sustancias y sus consecuencias.
“Trabajamos principalmente a través de las redes sociales, la forma de comunicación más fácil para los jóvenes. El objetivo es reducir riesgos, es decir, ya que estás consumiendo vamos a intentar que sea lo menos dañino posible. Sobre todo se hace hincapié en un consumo controlado, responsable”, explica.
Las principales consultas, cuenta, están relacionadas con el cannabis y el alcohol y no tanto con el consumo de tabaco, algo que atribuyen a que “es una droga legal y está muy presente en nuestro día a día, tenemos información incluso en las propias cajetillas”. Aun así, asegura que “recibimos consultas acerca del tabaco sobre todo encaminadas a reducir riesgos, es decir, cómo puedo dejarlo o qué pasa si mezclo con ciertas sustancias o medicamentos”.
Recuerda que el número de Cruz Roja Juventud al que podemos dirigirnos para consultas es el 900 100 570, o el 647 566 743 para comunicarnos vía Whatsapp y ofrece una serie de consejos para dejar de fumar.
- Tener claro el motivo por el que se quiere dejar de fumar, ya que supone un gran esfuerzo tanto físico como psicológico y hay que estar muy convencido.
- Decidir una fecha en la que se dejará por completo y comentarlo al entorno más cercano. Antes de que llegue, conviene hacer una planificación del consumo, cuántos vas a fumar al día y en qué momento.
- No comprar tabaco hasta haber acabado la cajetilla anterior.
- Comprar marcas que te gusten menos.
- Establecer horas de no fumar.
- Tirar los cigarrillos antes de consumirlos enteros.
- Quitarse el cigarrillo de horas puntuales como el de después de comer o el de la hora del café.
- Realizar ejercicios de respiración u otras actividades de ocio que nos mantengan distraídos.
Tratar el problema
De las causas del tabaquismo, su prevención o cómo tratar esta adicción, habla Teresa Sánchez, psicóloga sanitaria experta en adicciones.
Explica que una de las principales causas del consumo temprano es la presión social a la que están sometidos los jóvenes.
Asegura que es complicado muchas veces decir que no al grupo de pares, puesto que el tabaco, desde el punto de vista social, va unido a una especie de estatus.
“Parece que las personas que fuman podrían tener ciertos beneficios. Esto los jóvenes lo observan desde muy temprano y es una de las causas principales por las que cuesta tanto decir que no”, afirma.
En este sentido es muy importante el papel de las familias. “Es importante que dialoguen con sus hijos acerca del tabaco, tanto efectos positivos (como la sensación de recompensa), como los negativos. Y, sobre todo, no estar en una posición de demonización; se trata de dar información veraz y cercana sobre cómo poder decir que no y fomentar sus habilidades de afrontamiento, de resolución de problemas, ya que en muchas ocasiones el consumo de tabaco procede de la evitación de sentirse mal, de una baja autoestima, etc”.
Apunta que también es necesario tener un ocio alternativo que no esté basado en el consumo de tabaco y otras drogas. “Hay que tener en cuenta el efecto gateway, de la puerta de entrada; ir a botellones y consumir alcohol aumenta el riesgo de comenzar el consumo de otras drogas”.
Señales de alerta
Como explica la psicóloga, una de las señales de la dependencia al tabaco es la falta de control, que la conducta se centre únicamente en el consumo. “Lo vemos cuando hay una idea obsesiva de no poder dejar de fumar, tratar de conseguir dinero de determinadas formas para el uso exclusivo del tabaco, un bajo rendimiento académico porque el consumo de tabaco esté unido a faltas en el instituto o el colegio, realizar un ocio centrado exclusivamente en las sustancias…ahí los padres pueden ponerse en marcha”.
Atender la adicción
Es importante llevar a cabo una buena campaña de prevención primaria cuando todavía no han empezado a consumir. Si ya lo han hecho hay que trabajar desde el punto de vista psicológico para identificar el problema y crear conciencia de enfermedad. Cuando sabemos que algo está fallando se pueden activar los programas multicomponentes y ponerse en marcha para reducir el consumo, añade esta psicóloga.
Vía – EFE